Oiana, oficiante de bodas

Decidimos invitar a Oiana a nuestro atelier para que nos contara qué es eso de ser oficiante de bodas

 

¿Cómo te inicias en el mundo de las bodas?

Fue hace 11 años y lo cierto es que fue por pura casualidad, acababa de terminar el máster en protocolo y dejé mi currículum en varias agencias de eventos de Madrid. En breve me llamaron de la agencia Ceremonia y Protocolo para que oficiara una ratificación de boda. Yo en ese momento no sabía ni que era eso, la verdad. Me explicaron todo lo necesario y tuve el privilegio de oficiar mi primera ceremonia de boda, así, un poco a ciegas, con gran ilusión pero también un poco asustada, no dejaba de pensar “es uno de los días más importante de estas personas…”.

Recuerdo que llegué a Fuentearcos, la finca donde celebré mi primera ceremonia, y desde el principio todo me maravilló. Se respiraba una gran alegría, toda la familia aguardaba impaciente y emocionada la llegada de la novia. Y buscaban en mí esa mirada de complicidad que les transmitiese la tranquilidad de que todo iba a salir bien. Cuando llegó la novia y comenzó la ceremonia, en mitad de esos jardines maravillosos y la presencia de una suave brisa de atardecer, se produjo una magia que pocas veces he sentido. Compartí aquella ceremonia con los novios como si fuera lo más importante que había hecho en toda mi vida, en serio, no exagero para darme importancia, fue un momento mágico. Y mientras los novios se intercambiaban las alianzas supe que había encontrado mi camino. Han pasado 11 años desde entonces, he casado a muchísimas parejas, y no me canso. Siempre y en cada pareja encuentro un nuevo reto.

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Oiana, tienes un blog de Bodas y Locas… Cuéntanos un poquito más de él

Después de tantos años dedicándome a esto, te puedes imaginar que me ha pasado de todo. Tengo tanas anécdotas, recuerdos, y consejos que compartir, que se me ocurrió que podía hacer un canal de vídeo-consejos para parejas que se van a casar, donde poder compartir toda mi experiencia, resolver dudas, hacer hincapié en los errores más frecuentes para que los tengan en cuenta, etc. Y así empecé a grabarme y colgar vídeos en el blog.

Llevo poquito tiempo, pero me han escrito bastantes novias haciéndome preguntas, y he encontrado en esta “ventana virtual” una manera de llegar a más parejas y de convertir mi trabajo en algo más abierto.

Aquí podéis ver a lo que me refiero:

¿Qué es eso de ser maestra de ceremonias?

A mí me gusta más llamarlo oficiante de bodas 😉 Qué es más específico.

En los últimos 15 años cada vez se casa más gente por lo civil, y como sabemos, las bodas civiles suelen ser muy cortas y frías, en las que se recuerda el texto legal del código civil y poco más. Para compensar esto, surgió lo que se llama la ratificación de boda, que es una especie de simulación de tu boda, posterior a la firma real, pero que te permite disfrutar de una ceremonia personalizada, mucho más emotiva y entretenida. El oficiante de bodas, no solo dirige la ceremonia, como haría un maestro de ceremonias, sino que te ayuda en toda la preparación de la misma, a confeccionar un guión adaptado, a coordinar con el técnico de la música, con el hotel, restaurante o finca de bodas donde la vas a celebrar, se comunica con los familiares y amigos para que participen, te asesora con tipos de rituales que se pueden hacer, etc.

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¿Cómo acude la gente a ti?

Después de tantos años, ahora casi todas las bodas me salen del boca a boca. Por ejemplo, casé a una pareja hace cuatro años y ahora me llama su prima porque le gustó mucho la ceremonia. Y también de los foros de internet. Hay varios foros especializados en bodas donde las parejas cuentan sus experiencias y recomiendan a los profesionales con los que trabajaron. Por ejemplo en bodas.net tengo muchísimas críticas positivas, eso les da seguridad a otras parejas y me llaman para conocerme.

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Tendrás miles de anécdotas divertidas ejerciendo de maestra de ceremonias. ¡Cuéntanos alguna, por fi!

Cada boda es un mundo, cada pareja otro, y cada familia otro más. Nunca puedes relajarte y dar las cosas por hecho, porque siempre, siempre, en todas las bodas ocurren cosas inesperadas. Eso es lo más importante que he aprendido en estos años. ¡Hay que estar alerta y dispuesta a improvisar!!!

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Hace pocas semana casé a Sara y Jorge, en la Quinta de Illescas. Habíamos organizado todo meticulosamente, llegó la hora, la novia se retrasó los justo, 10 minutos de espera y se bajó de un Cadillac clásico a las puertas del jardín, radiante, como una princesa con su ramo de colores pastel. Como Jorge es policía la recibió una formación de gala con espadas, y la novia atravesó el pasillo bajo las espadas chocantes que hacían destellos bajo el sol. Algunos amigos dijeron unas palabras, nos reímos y lloramos (bueno yo pude contener mi emoción a duras penas) y llegó el momento del intercambio de alianzas. Jorge le puso el anillo a su amada de manos temblorosas, con la BSO de Leyenda de pasión sonando de fondo. Se miraron durante un instante y pareció que se detenía el tiempo. Entonces le tocó el turno a Sara, que comenzó a ponerle el anillo a su esposo muy despacito, al llegar al nudillo el anillo se atascó, todos reímos un poco, parecía que no se lo iba a poner fácil. Siguió insistiendo, no había forma, el anillo no quería entrar, se le habían hinchado las manos del calor y los nervios, y de tanto forzar el dedo empezó a verse dividido en dos, como una pequeña longaniza, y lo peor es que ahora no quería entrar y tampoco salir. Les propuse que subiera la mano para que circulara la sangre, pero no funcionó. De modo que no se me ocurrió otra cosa que decirle que le chupara el dedo. Gracias a la saliva el anillo consiguió entrar y tuvimos un final feliz. Lo mejor es que gracias a esto tenemos unas fotos estupendas de Sara chupando el dedo de Jorge, con todo su dedo hinchado dentro de la boca y de fondo toda la familia doblada de la risa. Esto es lo más importante, pase lo que pase, tomárselo con humor, reírse de uno mismo, confiar en que nada puede salir mal, porque todo será un bonito recuerdo mañana mismo.

¿Qué relación estableces con los novios?

Si ellos me lo permiten, procuro que sea lo más cercana posible. Nos vemos en persona para organizarlo todo, les invito a que me cuenten su particular historia de amor, a que me guíen hacia su ideal de cómo puede ser su boda, les cuento anécdotas, les pregunto muchas cosas para conocerles lo mejor posible, y con todo lo que me van regalando de sí mismos voy confeccionando su ceremonia, la suya particular, lo más personalizada posible. Me gusta acercarme a ellos y ganarme su confianza, así el día de la boda delegan en mí y pueden disfrutar al máximo.

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La gente que quiere que les cases, les conoces de antes o muchas veces son desconocidos.

Casi siempre son desconocidos, pero contactan conmigo varios meses antes de boda y nos vamos conociendo. Incluso con los novios con los que no puedo quedar en persona porque contactan conmigo desde el extranjero, terminamos conociéndonos bastante, porque hacemos quedadas de Skype para organizarlo todo y poner las ideas en común.

¿Qué sientes al “casar” a las parejas?

Siento que soy una persona muy afortunada. Tengo la oportunidad de compartir con ellos el día más feliz de sus vidas. Les acompaño en el día en el que se cumple uno de sus sueños, y en ese día a las personas les brillan los ojos de una manera muy especial. Estoy con ellos, soy cómplice de su amor, de su ilusión, me emociono, sonrío mucho, respiro cerca de ellos, veo sus manos que se entrelazan temblorosas, me llega su felicidad, y me llega también su melancolía, en ese día surgen muchas emociones encontradas. Y lo más importante, me recuerdan cada semana que el amor existe, que es complicado pero maravilloso mientras lo vives.

Dime 3 consejos para una pareja que se va a casar

  1. Disfruta tanto de los preparativos como del día de la boda. El gran día se pasa muy rápido, pero todos esos meses de preparación son una bonita oportunidad para afianzar la amistad y las relaciones familiares, pide ayuda a tu gente, haz que se sientan partícipes del proceso, agradece el apoyo. Aprovecha para desarrollar tu creatividad, te sorprenderá la de cosas que puedes hacer tu misma con ayuda de los tuyos, y lo agradable que es ir construyendo tu día poco a poco con tus manos y tu imaginación.
  2. Delega. Rodéate de buenos profesionales y luego deja que ellos te guíen, una boda puede convertirse en una auténtico estrés si tratas de hacerlo todo tu sola. Y haz las cosas con tiempo y marcándote un timing. Las últimas semanas han de quedar solo para pequeños retoques he imprevistos.
  3. Practica el sentido del humor. No te tomes tu boda a la tremenda. Al revés, trabaja para que todo salga lo mejor posible, pero sabiendo que si algo no es perfecto es más divertido. ¡No hay nada como una novia sonriente, esplendida, alegre! Pase lo que pase no dejes que nada ni nadie estropee tu día, y eso solo depende de tu actitud.

Una profesión de lo más interesante. ¡Espero que os haya encantado!

 

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