
EL VESTIDO DE NOVIA DE BLANCA: AL MÁS PURO ESTILO FEMENINO DE “AUDREY”
Esta semana os enseño la boda de Blanca y Álvaro.
La primera vez que se vieron fue en enero de 2006 estudiando en la Biblioteca 24 horas de la Autónoma. Un mes después, en febrero, coincidieron en Sierra Nevada y ahí empezó su bonita historia de amor.
Tras unos años de noviazgo, llegó el momento en el que Alvaro tomó la decisión de pedir matrimonio a Blanca, en un auténtico paraíso que ella nunca olvidaría.
Después de un viaje por Uganda, fueron cuatro días a las islas Seychelles. Allí, en una playa de ensueño le pidió que se casara con él.
Blanca me contó que fuimos el primer atélier que visitó. Cuando me dio las pautas del estilo del vestido de novia con el que soñaba casarse, tuve claro que íbamos por muy buen camino.
En cuanto probamos uno de los patrones de prueba, a Blanca se le iluminó la cara. La idea de su vestido estaba ahí y había que empezar a trabajar en ella. Confeccionado en crepe de seda natural, dos bonitos escotes, marcar bien su estrechita cintura y una falda con mucha caída que insinuará su figura eran las claves fundamentales de su vestido de novia.
A partir de ahí, comenzamos a pensar en los detalles. Las manguitas tan especiales con las aplicaciones en los hombros, al igual que el cinturón que le hicimos a juego, daban ese toque tan personal y perfecto que la novia buscaba.
En el atelier la llamamos “nuestra Audrey”. Sencillez, encanto, feminidad, delicadeza y buen gusto a raudales.
Beny Sanz se encargó del maquillaje y el recogido de Blanca. Con su juventud y bonito tono de piel sólo había que darle más luminosidad, profundizar sutilmente los ojos y dar un toque de color en los labios para que brillará aún más en su gran día.
En cuanto al recogido, fue en una de las pruebas cuando viendo opciones todas llegamos a la conclusión de que un moño alto “inspiración bailarina” le iba como anillo al dedo. Estilizaba muchísimo a la novia dejando todo el cuello despejado. Ideal!
El ramo tenía un colorido precioso y una composición muy original.
Los zapatos los encargó a medida en Franjul, en ante color gris claro. Combinación fantástica con los detalles del vestido.
El 30 de mayo fue su gran día!!
Blanca llegaba radiante del brazo de su padre a la pequeña Iglesia románica de San Pedro Apóstol de Torremocha del Jarama, en Madrid.
Siguiendo la filosofía “menos es más”, la novia lució unos pendientes de perlas y brillantes que le prestó la madre de una de sus mejores amigas.
El velo lo eligió en tul de seda natural liso.
A continuación lo celebraron en la Antigua Fábrica de harinas, muy cerca de la Iglesia.
En el día más feliz de su vida los novios estaban guapísimos. A la vista esta!
Todo el mimo y el gusto exquisito que demostró Blanca a lo largo de todo el proceso de creación de su vestido de novia, se ve igualmente reflejado en la decoración floral, meseros y el resto de sorpresas para sus invitados, como las bailarinas para las mujeres.
Para el inicio de su aventura como marido y mujer eligieron Canadá, donde hicieron un recorrido en coche por las Montañas Rocosas y luego Cuba.
Muchas gracias a Blanca por haber sido tan encantadora y hacer que nuestro trabajo merezca mucho la pena.
Fotos: Arantxa Sandúa
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