El vestido de novia de estilo vintage de María para su boda

¡Volvemos con una nueva boda de la semana! María lució un vestido de novia de Beatriz Alvaro de  estilo vintage. Hoy os contamos cómo fue su gran día: una preciosa boda en Madrid repleta de momentos y detalles únicos.

Cuando María acudió al atelier de Beatriz Alvaro, ya había visualizado diferentes ideas del estilo que quería, a medida que fuimos probando las diferentes muestras, fuimos dando forma a esa primera idea y sobre todo, la elección de los tejidos que fue clave en este proceso.

El vestido de  novia María estaba elaborado en un tejido muy especial, un tul bordado de aire vintage que encajó a la perfección con la mantilla que lució. De corte evasé, talle semi-imperio y amplios escotes en V, que enriquecimos con detalles del bordado de la falda. Consiguiendo un aire muy romántico y dulce al igual que los rasgos de María.

“Elegí a Beatriz Alvaro porque el primer día que fui con mi hermana pequeña y con mi madre salimos las tres encantadas! Tenía más o menos una idea de lo que quería y tanto Beatriz  como su equipo dieron totalmente en el clavo!! Un detalle que me encantó fue ver a Beatriz  Alvaro dibujar delante nuestro el boceto del vestido de novia”, declara María.

“No puedo estar mas contenta con el resultado! Me sentí comodísima llevándolo y quedaba precioso!! Estoy encantada de haberme hecho el vestido con el equipo de Beatriz Alvaro!!, afirma María.

“Otra cosa que me encantó fue que me enseñara en la última prueba todo el protocolo que rodea a una novia y que yo lógicamente no conocía…cómo subirme al coche, cómo recogerme la cola, cómo sentarme en la Iglesia… Detalles en los que yo ni había caído y que se me han quedado grabados (ahora me fijo muchísimo en las bodas)”, comenta María.

En cuanto a los complementos, nuestra novia lució una mantilla preciosa de casi dos metros que le prestó su suegra. En el taller de Beatriz Alvaro colocamos la mantilla de una manera diferente a como la habían lucido sus cuñadas, para personalizar al máximo su look.

María la lució en todo su esplendor con su joya de mantilla y con una peineta de nacar que llevó su hermana mayor, Almudena. “Para mí era muy importante llevar algo suyo este día”

Cuando María se retiró la mantilla, los invitados descubrieron un tocado ideal, con pequeñas florecitas, fue el mismo tocado que llevó su madre el día de su boda. Su madre tuvo un papel muy importante en el día de su boda, ya que además de ser la madre de la novia, fue la encargada de elegir el ramo de María, un acierto total.

Como joyas, lució pendientes  antiguos de oro blanco y brillantes, que sus abuelos le regalaron a su madre con motivo de su comunión, la pulsera que le regaló Pablo el día que le pidió matrimonio, junto con el anillo de pedida y una alianza de plata que le regaló su abuela cuando tenía 14 años.

En cuanto al maquillaje y el peinado, María lo tuvo claro desde el principio, huía del típico maquillaje excesivamente natural, confío en Patrizia Sánchez quien le conoce a la perfección puesto que son amigas desde hace más de 15 años. Deseaba unos ojos ahumados y un peinado sencillo, y Patrizia fue la encargada de hacer realidad su sueño.

Pablo y María se conocieron en 2011 tomando unas cañas junto a otros amigos en el bar Cazorla, un lugar especial que dio nombre a la mesa nupcial en la boda. Todo empezó como una bonita amistad que meses después se convirtió en una bonita historia de amor.

Pablo esperó al cumpleaños de María el pasado 4 de julio de 2015, después de una día lleno de sorpresas, reservó para el final de la noche la más especial de todas. Pablo le entregó una caja con una carta preciosa.

La boda se celebró en el colegio de él, en la iglesia del colegio Santamarca en Madrid y la posterior celebración en la Real Sociedad Hípica Española Club de Campo.

“De la celebración es muy difícil quedarse con un sólo momento, porque fue un día precioso… Recuerdo con especial emoción el discurso que leyó mi hermana Almu, una preciosa carta que escribió  con mi cuñado y mi hermana Cris nos dejó en la mesa presidencial otra carta preciosa. Abrí el baile con mi padre y el padrino, elegimos el valls del Danubio Azul, fue un momento padre e hija precioso”.

“También un momento muy importante para mí fue cuando entregué  unos ramos que había encargado para las mujeres de la familia y mis mejores amigas”, detalla María

Una celebración impresionante que terminó con un viaje a Vietnam, Camboya y Maldivas.

Todas las fotografías y el vídeo son de Arantxa Sandúa