Boda de Invierno. All I want for christmas is you.
VESTIDO DE NOVIA DE INVIERNO.
Raquel y Ruben, ella de Tomelloso (Ciudad real) él de Zamora, viajeros empedernidos ambos, se conocieron en 2016 en las Fallas de Valencia y se casaron las Navidades pasadas, tras tres años de relación. Te contamos todos los detalles de la boda y del vestido de novia.
Una boda invernal
Tanto Raquel como Rubén adoran la Navidad y tuvieron claro desde el principio que la suya sería una boda invernal navideña. Se casaron el 21 de diciembre sde 2019 en Tomelloso. «Yo tenía la ilusión de casarme en una ermita pequeña donde está la virgen de mi pueblo», asegura Raquel. «La boda fue a las seis de la tarde porque queríamos que todo luciera navideño y teníamos muchas velas y luces en la decoración. Nos gustaba la idea de que el día fuese oscuro, y más oscuro no pudo ser, porque llovió bastante».
La pareja alquiló un coche antiguo, un Citroën clásico negro muy elegante que utilizó para sus desplazamientos.
Lugar:
El banquete se celebró en Jardines López Linares, en Tomelloso. «Todo lo decoramos muy bonito. De muchas cosas nos encargamos nosotros -explica Raquel. Por ejemplo, yo quería que todas las mesas llevaran manteles de cuadros escoceses, y los mandé a hacer -explica la novia-. Muchas cosas como la cubertería dorada u otros detalles los alquilamos. Mi madre restauró dos descalzadoras antiguas y las tapizamos con terciopelo azul marino para el photocall. Mi padre, que tiene una carpintería, se encargó de hacer muchas cositas de madera, y tuve a todo el mundo de mi alrededor «pringado» un año antes de la boda».
Del resto de la decoración y de las flores, incluido el ramo de la novia, se ocupó Rosalía, de Decojardin (Tomelloso): «quedamos muy satisfechos con el resultado. Todas las flores eran navideñas y llevábamos muchas flores de algodón en toda la decoración».
El ramo:
«Mi ramo era muy invernal, con tonos oscuros, llevaba cactus grises. Y, lo más especial, es que estaba atado con una cinta de terciopelo azul marino y un lazo de puntilla que hizo mi abuela hace muchos años para este día. Me gustaría pedirle a Rosalía una réplica, porque el día de la boda se lo regale a mi hermana».
La entrada al salón la hicieron tocando panderetas acompañados por sus hermanos y sonó el villancico «All I Want For Christmas Is You» de María Carey.
El vestido de la novia
Beatriz Alvaro y su experiencia:
Raquel tuvo claro desde que supo que se casaba que quería un vestido a medida. «Quería que mi vestido solo lo llevase yo y que estuviera realizado exclusivamente para mí», explica la novia. Aun así, cogió varias citas en tiendas de vestidos realizados por catálogo de diferentes firmas. Pero solo acudió a la primera de ellas porque fue suficiente para hacerle saber que estaba perdiendo el tiempo. «Ni me gustaban las telas ni me gustaba ningún modelo, y con todos los vestidos mi madre y mi hermana me veían disfrazada, así que decidí anular el resto de las citas que tenía y me puse a buscar diseñadoras buenas en Madrid».
Aunque no conocía personalmente al equipo de Beatriz Álvaro, Raquel tenía muy buenas referencias acerca de su trabajo como una de los mejores diseñadores de vestidos de boda, gracias a lo que le habían contado y a lo que había leído en internet. «Decidí irme a Madrid un fin de semana sola y hacer la primera cita sin compañía, para poder elegir libremente. A Beatriz Álvaro le bastó con conocerme para ponerme más o menos lo que estaba buscando.
Recomendaciones:
En ese momento comprendí que es un error ir a una tienda para ver qué es lo que te queda bien o mal. La mejor decisión es acudir a un atelier donde te vayan confeccionando tu vestido de novia poco a poco y a tu gusto. Dejamos que pasase la navidad y decidí volver con mi madre para ver qué le parecía el diseño. Por supuesto, ella quedó convencida de que aquel era mi sitio».
Raquel tenía muy claro lo que quería y Beatriz Álvaro se puso enseguida a dibujar su vestido ideal. «Queríamos que fuese un vestido muy de invierno, y elegimos un corte en la cintura pero sin perder la sensación de abrigo, -explica la diseñadora-. Además, le dimos una gran cola. Lo confeccionamos con un tejido rústico para que tuviese aspecto invernal y lo combinamos con una manga abullonada larga con puño que le daba un toque moderno. Lo rematamos con una piel blanca de zorro para el cuello desmontable».
El cuello y el tocado:
El cuello lo hizo la Peletería Ramiro Guardiola, de Madrid. «Cuando me quité el cuello, pasado el coctel, me puse una corona que me hizo tocados Piluca en Tomelloso, una auténtica joya. Combinaba porcelana, metal, coral, perlas y moras de cristal», explica Raquel.
Agradecimientos:
Y añade: «Me encantaría agradecer a Beatriz Álvaro y a su equipo su atención durante todo el proceso de confección de mi vestido de novia. Gracias a ella conseguí lucir el vestido de mis sueños el día de mi boda. Hablar un poquito conmigo le bastó para empezar a diseñar mi vestido ideal y soñado. Tiene una enorme experiencia y solo con verte sabe lo que necesitas. Poco a poco fuimos dándole forma al vestido de novia hasta que todo quedó perfecto. El resultado no me pudo gustar más. Era impresionante.
La atención fue super cercana y siempre supieron percibir a la primera mis necesidades. Todo su equipo se preocupa por cada detalle. Tiene una enorme paciencia te escuchan y atienden tus dudas con mucho cariño y educación. Dan rápido con la solución a todos tus problemas. Sin duda, la elegiría mil veces más, la calidad de las telas y el resultado final me dejaron sin palabras», asegura Raquel. En el atelier de Beatriz Alvaro siempre conseguimos crear el vestido de novia de alta costura ideal para nuestras novias.
El peinado:
Del peinado de la boda se encargó Sonia Estilistas, en Tomelloso. «Yo siempre voy despeinada y llevaba una coleta muy informal», asegura la novia. Es profesora de estética de profesión y decidió no ir a que la maquillaran. Sin embargo, una amiga también dedicada al sector acudió a su casa para echarla una mano por si se ponía nerviosa.
Los zapatos:
Por último, Raquel completó su look con unas sandalias preciosas de terciopelo azul marino realizadas en Salo Madrid que fueron regalo de su amiga Arancha. «Por las sandalias me costó mas decidirme, ya que en un primer momento quería estas de Salo quise las sandalias que había visto en un primer momento», recuerda la novia.
«Para el baile me cambié de zapatos y me puse unos botines burdeos de Bimani muy chulos». Los novios empezaron bailando solos «Soñar contigo», de Zenet. Los zapatos del baile fueron un bombazo, fue un complemento ideal para el vestido de novia.
Fotografía:
De que todo quedara plasmado se encargó Javier Carrión Fotografía. «Es un artista y siempre que podemos contamos con él», explican los novios. «Las fotos de preboda las hicimos en Patones de Arriba y quedaron chulísimas.
El día de la boda no teníamos luz natural, pero Javier consiguió unas fotos super bonitas con paraguas y las luces del coche. ¡mira que llovía un montón!. Después de volver de la luna de miel fuimos a hacer una sesión a las lagunas de Ruidera». El vestido de novia quedó impresionantemente plasmado tal y como nosotras queríamos y Raquel deseaba.
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