LOURDES: UNA NOVIA ATEMPORAL EN UN CASTILLO

Lourdes e Iván empezaron a salir en el verano del año 2005. Desde que se conocieron en el bar de un amigo de la novia no se han separado.

Después de siete años de noviazgo, Lourdes tenía la sospecha en cada viaje que hacían de que Iván podría pedirla matrimonio. Pero como el novio sabía cuando ella lo podría suponer, el día que se lo pidió lo preparó todo, con “personajes” incluidos, y  logró despistarla tanto que fue justo cuando ella no se lo esperaba para nada.

Con una excusa estupenda se inventó que le habían invitado a cenar a él y a su pareja a cenar en un restaurante de Chinchón. Disfrutaron de la cena, y cuando ya se iban a volver a Madrid, el dueño del restaurante, que supuestamente era el padre de un amigo de Iván, les convenció para que se quedarán a dormir en un Hotel de allí. Lourdes seguía ajena a todo el “teatro” y le pareció muy bien la idea de dormir allí para evitar conducir por la noche hasta Madrid.

Al llegar a la habitación, se encontró con una suit enorme llena de rosas y un peluche gigante. En ese momento empezó a sonar una de sus canciones, se arrodilló y pronunció la famosa frase!!. Increíble como pensó cada detalle para que ella no se lo esperará.

Lourdes conocía nuestros diseños porque ya habíamos confeccionado los vestidos de novia de algunas de sus amigas.

Cuando nos conocimos en el atelier, además de ver su belleza natural, en seguida me imaginé cómo le haría yo su vestido de novia. No obstante, lo primero y principal para mí es mantener el estilo y personalidad de cada novia, escucharlas y luego aconsejarlas y exponerlas lo que creo mejor para ella.

El vestido de novia de Lourdes tenía que ser muy femenino, elegante y atemporal. Pensamos que el cuerpo drapeado le iba a realzar muchísimo su bonita figura y aportaba ese aire de novia clásica y muy Alta Costura. Las mangas y el fajin en tul bordado y pedrería con el toque de color lo hacía más especial y la favorecía muchísimo a su tono de piel y de pelo.

La elección de los zapatos fue inmejorable!! el color camel de sus Jimmy Choo iba perfecto con los detalles de su vestido.

Aunque la novia vive en Madrid desde hace mucho tiempo, es de Málaga y le hacía mucha ilusión poder casarse en su tierra. Además el novio también es un enamorado de Málaga así que le encantó la idea.

Eligieron la Basílica Santa María de la Victoria, muy representativa en la ciudad y preciosa.

Como podéis apreciar hicimos un velo amantillado con el mismo encaje que llevaba en el vestido y con plumetti. Era una verdadera joya.

Espectacular la falda y la caída de la cola en muselina de seda natural.

Unas fotos de película para una pareja de película. Guapísimos!!

La novia quería un ramo sencillo que no restara protagonismo al vestido y lo complementara. Todo en flores blancas: fresia, ornithu galum, bouvardia y nardo. Ideal para el estilo de su vestido de novia.

En cuanto a las joyas para el día de su boda, la novia eligió unos pendientes y una peina en el atelier de inspiración vintage y su anillo de pedida.

En el Castillo de Santa Catalina se celebró la cena y el baile. Un entorno de ensueño!

Los centros de flores y velas siempre dan un aire cálido y muy bonito a las bodas.

Me encanta la elección de los novios.

Con dos fotos impresionantes de la novia me despido esta semana.

Una auténtica princesa en un castillo radiante y feliz!!

Fotos: Mariano Pozo