El vestido de novia brocado con pechera bordada de Elizabeth
Elizabeth quería un vestido de novia con el que fuera ella, huía del clásico vestido de novia. Desde que vio nuestros modelos fue un flechazo con un vestido de novia diseñado en exclusiva para ella. Te desvelamos todos los secretos.
“En una feria de bodas una chica muy maja llamada Olga me describió el tipo de vestido que pensaba que me quedaría bien (y que se acercaba bastante a lo que yo tenía pensado) Pero no hice mucho caso porque todavía quedaba mucho para empezar a mirar el traje. Cuando llegó el momento, conocí gracias a Instagram los diseños de Beatriz Álvaro y me encantaron. Pedí cita y cuando llegué allí y vi que me abrió Olga me pareció que era una señal, ahí tenía que hacerme mi vestido“, comenta Elizabeth.
El vestido de novia de Elizabeth tenía un patrón exquisito con mucho volumen en la falda y un tejido brocado ideal, escogido expresamente para Elizabeth de Italia para crear ese efecto con movimiento pero con mucha caída. La falda tenía mucho movimiento y para el cuerpo ideamos una pechera bordada y un escote en la espalda en forma de pico.
No podían faltar unos modernos bolsillos en la falda que le aportaron un toque muy chic y especial que enamoró a Elizabeth y un velo vainilla que le aportó el toque definitivo a su bridal look.
“Mi experiencia en el atelier de Beatriz Alvaro fue maravillosa. Desde el principio supisteis ver qué era lo que quería y adaptarlo a lo que mejor me quedase. Destacaría la profesionalidad y la cercanía de todas. Me sentí muy segura y cómoda dese el principio. Fue todo un acierto mi elección”, declara Elizabeth.
Del maquillaje y peluquería se encargó Jesús de Paula. Lo contraté a través de Oui novias. Y no puedo estar más contenta con mi elección. “No solo me peinó y me maquilló fenomenal, ajustándose a mis gustos y mi forma de ser, sino que me hizo sentir muy bien y la mañana de la boda me tranquilizó mucho”, comenta Elizabeth.
Para el tocado Elizabeth confió en un diseño de Suma Cruz en tonos dorados y rosas. “Los pendientes me los regalaron mis padres y los elegimos juntos. También llevaba el anillo de pedida y una pulsera que me regaló José Antonio mientras me estaba vistiendo, nos descubre Elizabeth.
En cuanto a los zapatos junto con el tocado y los zapatos fueron los toques de color de su impecable look. Los zapatos fueron un regalo de mi su amiga Alba y diseñados por Salo Madrid. Para el baile Elizabeth los cambió por unas Converses blancas.
Del ramo y el resto de la decoración floral de la boda se encargó Búcaro. Cristián captó desde el primero momento lo que la novia quería para su boda y quedo maravilloso, como todos los trabajos de Búcaro.
Mi madre iba guapísima también vestida por Beatriz Alvaro, causó sensación la belleza de su vestido y elegancia.
Elizabeth y José Antonio se conocieron el 12 de enero de 2013 a través de Internet. Tras hablar todos los días durante horas por teléfono decidieron quedar 13 días después y desde entonces el viernes 25 y no nos hemos separado desde entonces.
Me regaló un viaje sorpresa. Tenía que hacer la maleta para pasar 22 días fuera. En la escala en Heathrow descubrí que el primer destino era Nueva York (mi ciudad favorita) para pasar unos días allí y después hacer la ruta 66, de la que tantas veces habíamos hablado.
Le enseñé todos los rincones de Nueva York y me pidió que el último día le llevara a mi lugar favorito. Y así fue. Empezamos a cruzar el puente de Brooklyn y algo pasaba, yo estaba emocionadísima y él rarísimo. Llegué a pensar que no le estaba gustando. Cuando por fin llegamos al parque Dumbo (mi rincón favorito) nos sentamos en el césped con todo el skyline de Nueva York frente a nosotros y él se giró y empezó a hablar de todo lo que habíamos pasado juntos. Entonces, se arrodilló y me pidió matrimonio.
Nos casamos el 13 de octubre a las 12:00 en Nuestra Señora del Perpetuo Socorro, en Madrid. Después lo celebramos en la Quinta de Jarama.
La boda fue muy divertida y estuvo llena de momentos irrepetibles entre los que Elizabeth se queda con la entrada a la iglesia sonando Mi Marciana de Alejandro Sanz a violín y guitarra (nuestra canción) y la emoción de vernos por fin.
Las arras llevadas por Laia, y las alianzas traídas por nuestra sobrina Ainhoa de un año, no podían estar en mejores manos.
El emotivo discurso que nos dedicaron Begoña, la hermana de José Antonio haciendo un recorrido de su vida juntos y de cómo llegó a Madrid y me encontró, y Alejandro, mi mejor amigo, que habló en futuro como si estuviéramos celebrando nuestras bodas de oro y de lo felices que habíamos sido.
La entrada al salón, que terminamos bailando con todos nuestros amigos juntos en el centro junto con las palabras que nos dedicaron en la comida los amigos de José Antonio, Salvador y Antonio y mis mejores amigas, Alba y Eva.
La sorpresa que le prepararon los amigos de José Antonio y la que nos preparó mi mejor amigo, logrando hacer un vídeo de fotos de todos nuestros familiares y amigos con palabras sobre nosotros. Mi hermano nos regaló una canción compuesta para nosotros sobre nuestra historia, que nos puso en la boda junto con un vídeo de fotos y por supuesto bailar con mi padre la canción My girl.
Todas las fotografías de la boda son obra de Instantánea y Toma Primera, que se integraron fenomenal desde el principio.
Sin comentarios